martes, 10 de noviembre de 2009

La adoración en el templo: Fuente de fortaleza en épocas difíciles

“Muchas fueron las bendiciones que recibimos en la casa del Señor y que nos brindaron gozo y consuelo en medio de todas las aflicciones que soportamos y nos facultaron para tener fe en Dios, sabiendo que Él nos iba a guiar y a sostener en la jornada incierta que teníamos por delante. Porque si no hubiera sido por la fe y el conocimiento que se nos concedieron en aquel templo por la influencia y ayuda del Espíritu del Señor, esa jornada hubiera sido como un salto en la oscuridad. El haber tenido que empezarla en medio del invierno y en el estado de pobreza en que nos encontrábamos, habría sido como caminar hacia las fauces de la muerte; pero tuvimos fe en nuestro Padre Celestial, depositamos en Él nuestra confianza sabiendo que éramos Su pueblo escogido y que habíamos abrazado Su Evangelio; y en lugar de dolor, sentíamos regocijo pensando en que había llegado el día de nuestra liberación”

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