domingo, 27 de noviembre de 2011

Templo en El Salvador

San Salvador, 22 de agosto de 2011. Reunidos alrededor del templo en la tierra de Abundancia, lamanitas y nefitas de antiguo reconocieron que Jesucristo resucitado había venido entre ellos, y “exclamaron a una voz diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito sea el nombre del Más Alto Dios!” (3 Nefi 11:3, 16–17).

El 21 de agosto de 2011 los Santos de los Últimos Días en Centro América se reunieron alrededor del templo en San Salvador, El Salvador. Algunos entraron al templo mismo, y otros fueron testigos de los acontecimientos por satélite, en centros de estaca en El Salvador, Guatemala, Belice, Nicaragua y Honduras. Y como los lamanitas y nefitas de antiguo exclamaron “¡Hosanna!” a una sola voz.
Casi cuatro años después de escuchar el anuncio del presidente Gordon B. Hinckley de que un templo se construiría en su tierra, y luego de años de fiel preparación, la gente dio la bienvenida al presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, quien dedicó el templo de San Salvador, El Salvador, cuarto templo en Centroamérica.
Tres sesiones dedicatorias, que fueron transmitidas a congregaciones de la iglesia dentro del distrito del templo, acomodaron el gran número de Santos de los Últimos Días en el área a que asistieron.El templo de la Iglesia número 135 y el primero en El Salvador, el templo de San Salvador atenderá a los más de 105,000 miembros de la Iglesia en más de 161 congregaciones en todo el país.En la oración dedicatoria, el presidente Eyring dijo que con la culminación del templo los Santos de El Salvador han sido provistos con “cada bendición del evangelio restaurado de Jesucristo.”Él oró por las bendiciones de Dios sobre la gente y los líderes de El Salvador “que la gente pueda ser bendecida con libertad y oportunidad. Que la paz reine en la tierra.”
En conclusión, él oró para que la “influencia del templo pueda sentirse por toda la tierra como una luz sobre una montaña.”La dedicación se llevó a cabo un día después de la celebración cultural del sábado en el Gimnasio Nacional Adolfo Pineda, que acomoda a 12,500. Más de 2,500 jóvenes Santos de los Últimos Días participaron por medio de canto y bailes.
El presidente Eyring disfrutó las presentaciones con otros líderes de la iglesia que asistieron, incluyendo el élder D. Todd Christofferson del Quórum de los Doce Apóstoles.


Con su exterior de granito, el templo es una representación impresionante de la arquitectura colonial española, complementada con prominentes arcos y caracolas.
Mucha de la decoración se caracteriza con la flor de izote, flor nacional de El Salvador. El diseño de esta flor destaca en las ventanas y el exterior de granito, así como en los detalles interiores de madera, que es caoba de Honduras y de países cercanos. Los arreglos florares y ornamentos interiores son de piedra caliza de Israel.