lunes, 23 de agosto de 2010

No eres aún como Job.




Cada uno de nosotros tendrá sus propias pruebas en esta vida. Algunas serán fuertes otras menos. La diferencia la marcará la respuesta hacia esas diferentes pruebas. Podremos responder como lo haría el hombre natural que a saber es enemigo de Dios. O, responder como lo haría el Hombre de Dios, basando sus acciones en los atributos de Dios, como son el amor, la paciencia, la tolerancia, la compasión y todo lo el Salvador mismo enseño. En lo personal he tenido mis pruebas; nunca tan fuertes como las del Hno. Williams pero en ellas he podido sentir en poder de Dios sosteniéndome. Al pensar en las pruebas diversas de la vida viene a mí las palabras dadas por el Salvador a José Smith mientras se hallaba preso en la Cárcel de Liberty que dice:

“No Eres aún como Job” DC 121:10

En la limpieza del alma por el fuego purificador habrán momentos de dolor y angustia, mientras la escoria va quedando atrás, pero será allí donde nos acercaremos más a Dios porque entenderemos que para poder estar frente a su presencia debemos deshacernos de todo impureza. En todas estas pruebas sentiremos la gracia y misericordia del poder de la infinita expiación que efectuó Jesús Cristo por nosotros, y esto nos sostendrá en el tiempo de aflicción y adversidad.