jueves, 10 de septiembre de 2009

La Adversidad - PRESIDENTE HENRY B. EYRING



Les doy mi testimonio de que Dios el Padre vive. Él
estableció para cada uno de nosotros un curso para
pulirnos y perfeccionarnos a fin de vivir con Él.


Ver Video de Discurso Pdte. Henry B. Eyring

Con todas las diferencias que pueda haber entre nosotros, tenemos por lo menos una dificultad en común: todos debemos enfrentar la adversidad.Habrá períodos, a veces largos, en que nuestra vida parezca tener muy pocas dificultades; pero, por nuestra condición de seres humanos, es natural que lo agradable dé paso a la aflicción, que los tiempos de buena salud lleguen a su fin y que sobrevenga la desdicha. Particularmente si los tiempos de comodidad se han extendido, el advenimiento del sufrimiento o la pérdida de seguridad económica tal vez traigan consigo
temor y aun enojo.El enojo proviene, al menos en parte,de un sentido de que lo que sucede no es justo.La buena salud y la serena sensación de estar a salvo nos puede llegar a parecer algo merecido y natural; y cuando desaparecen,nos sobreviene un sentimiento de injusticia.Incluso un hombre valiente a quien conocí lloraba por el sufrimiento físico que tenía y exclamó a los que le dieron una bendición: “Siempre he tratado de ser bueno.¿Por qué me ha pasado esto?”Esa angustia por tener una respuesta al “¿Por qué me ha pasado esto?”se hace más dolorosa cuando los que sufren son nuestros seresamados,y es especialmente difícil de aceptar si los afligidos nos parecen ser inocentes;entonces,el pesar puede sacudir nuestra fe en la realidad de un Dios amoroso y Omnipotente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario